martes, 4 de junio de 2013

Capítulo 10."Rumbo a huy many."

-Tenemos que darnos prisa, es por allí, detrás de aquellas montañas.-Señaló Tania.
-Vale, iremos volando, tardaremos la mitad.-Propuso Jeremy.
-¿Y Richard qué?-Pregunté yo.-Lo mejor es que vayamos andando.
-Pero tardaremos días en ir andando hasta allí.
-Jeremy tiene razón.-Admitió Susan.
-Yo iré corriendo.-Dijo Richard.-Los demonios tambien tenemos nuestros recursos, podemos correr a grandes velocidades.
-Bien entonces no hay más que hablar, vamonos.
Recorrimos los extensos bosques que había hasta llegar a la montaña, el viaje duro unas 9 horas hasta llegar a la montaña, luego antes de subir, algo nos hizo parar. Alguien llevaba moviéndose claramente detrás de nosotros todo el camino. No solo yo me di cuenta, Tania tambien se había percatado. Eran las 8 de la tarde y no habíamos comido nada en todo el día, estabamos muy cansados y hambrientos. Tania y yo decidimos buscar algo de comer, con su don no sería nada difícil, y además aprovecharíamos para buscar a quien nos había estado persiguiendo.
Tania puso sus manos sobre la corteza de un árbol, cerró los ojos durante unos minutos y finalmente me dijo que la siguiese hasta un pequeño arroyo que bajaba de la montaña, después me dijo que la esperasé, se acercó sigilosamente hasta un hueco y grito:
-Venga Luna ya está bien de juegos, sal de ahí.
-¡Eras tú!-Grité sorprendida.-¿Por qué nos persigues?
-Porque es mi deber.-Luna rompió a llorar.-Debo encontrarme con mi destino, me han echado de la academia y no se a dónde ir. El viejo Duarte dijo que fuese a encontrarme con mi destino. Dejadme ir con vosotras, no se que hacer.
-Corta el royo Luna, ¿de qué hablas?-Dijo Tania enfadada, y yo la paré y le dije al oido.
-Espera, ¿te acuerdas que la entrenadora Marela nos dijo que tenía mucho que descubrir?, lo mismo dice la verdad.
-Pues yo de Luna no me creó ni media, esta haciendo una de sus comedias, solo ha venido para fastidiarnos de alguna u otra forma.
-Démosle una oportunidad.
-Está bien, puede venir, pero a la mínima que lie, se va.
-Vale Luna, puedes venir...-Dijimos.-Pero antes tenemos que encontrar algo de comer.
-Gracias chicas. No hay problema, ahí abajo hay muchísimos naranjos, conozco la zona, venid.
Tal y como había dicho, había una explanada repleta de naranjos. Cogimos todas las naranjas que pudimos y volvimos con el grupo. Después comimos y nos domimos, a la mañana siguiente subiríamos hasta el huy many, cosa que volando no costaría nada.

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