viernes, 31 de mayo de 2013

Capítulo 9. "El colgante."

Me esforcé en intentar descubrir mi don. Si algo habia aprendido de los ángeles, era que tenías que buscarlo todo en tu interior, aunque esa vez no encontré absoluta e inexplicablemente nada.
-No puedo, no se que hacer.
-Concentrate Katie, quizá estes nerviosa.-Dijo Jeremy.
-No creo que sea por eso Jeremy.-Afirmo Susan.-Los dones surgen solos, no cuando los buscas.
-Deberíamos haber esperado hasta descubrirlo antes de marchar.-Dijo Tania decepcionada.
-Bueno, no pasa nada, os diré lo que haremos. Puesto que ya no hay marcha atrás, bajaremos la colina y acamparemos en esa alameda al lado del río. Si mañana por la mañana no se me ocurre algo, regresaremos. No se vosotros, pero yo necesito dormir.
-De acuerdo, no tenemos nada que perder.-Dijo Jeremy, y todos se miraron e hicieron un gesto de aprovación.
Descedimos por una colina muy ancha y escarpada. Era muy de noche y a penas se veía nada, pero pudimos distinguir facilmente la alameda y el río.
Cuando llegamos, nos dimos cuenta de que no ibamos equipados ni de tienda de campaña ni de sacos de dormir, pero no importo mucho, ya que no hacía mucho frio y la noche invitaba a dormir bajo las estrellas. Cada uno escogimos el lugar que nos pareció bien y mis amigos no tardaron en dormirse. Yo por mi parte, sentía que tenía algo que hacer, asique me quedé alejada del grupo, a la orilla del río, mirando al horizonte y pensando, cual sería mi don. De repente, alguien se acercó a mí y se sentó a mi lado, era Jeremy.
-Hace una noche preciosa ¿verdad?
-Si.-Sonreí.
-¿No tienes sueño?
-No, a demás tengo algo que averiguar.
Jeremy se tumbó, y me sentí invitada a tumbarme a su lado, asique lo hice, luego él me miró y me dijo:
-No deberías agoviarte tanto, mira, ¿ves esa estrella?
-¿Cual?-Por una vez creí ver que todas las estrellas que antes había acababan de desaparecer.
-Esa.-Una estrella se iluminó en el cielo, luego Jeremy la señaló y empezó a trazar con ella una frase que se iba iluminando en el cielo. "Eres una persona maravillosa Katie" se podía leer. Luego le miré, me tumbe encima de él y no pude evitar besarle, después me acerqué a su oido y en tono muy suave le dije:
-Jeremy, te quiero.
Me apartó el pelo, me acarició la cara y a continuación murmuró:
-Llevaba tanto tiempo esperando este momento... De todas las cosas mágicas que he visto, tu eres la mejor de todas.-Se me escapó una lágrima, y él me besó.
-Y de todas las cosas bonitas que he visto, tu eres la mejor.-Le devolví el beso.
Y así, sumidos en besos y abrazos nos quedamos los dos dormidos, mirando las estrellas.
A la mañana siguiente, Jeremy me estaba mirando asombrado.
-¿Qué pasa, tengo monos en la cara?-Sonreí.
-No. Lo que pasa es que hablas en sueños, y dices unas cosas rarísimas.
-Ah, ya. Me pasa desde que llegué a la academia. ¿Y qué decía?
-Algo asi como Retumla meta.
-Anda mira, eso es nuevo, suelo decir siempre "Acum la yatala".
-¿Y qué significa?
-El viejo Duarte me dijo que significaba, el sacrificio se cumplirá, pero aun no se a que sacrificio se refería.
-En fin, lo mismo son simples sueños.
¿Vamos a desayunar?, me muero de hambre.
-Vamos.
Cuando llegamos con el resto del grupo, se estaban riendo todos:
-Buenos días, ¿de qué os reis?-Pregunté
-Pues de que se te oye gritar en sueños hasta por aquí Katie.-Dijo Richard
-¿En serio?, ¿tanto grito?
-Si, y tenemos buenas noticias. Richard sabe interpretar lo que dices, resulta que se trata de el idioma que usan los demonios.
-¿Y qué es lo que digo?
-Esa es la buena.-Richard se rió  hablas contigo misma.-Te dices, Katie, mirate en el colgante, y cosas sobre una flor mágica.
-El colgante, ¡eso es!. Papá dijo que me ayudaría.
-¿Qué colgante?-Pregunto Susan.
-Este colgante.-Saqué el colgante que me regaló papá antes de irme, despues lo miré y no vi nada raro.-Lo que no se es que quiere decir con que me mire en él. Es un colgante normal y corriente.-Me lo quité.-Mirad.
-Lo mismo se abre o algo.-Dijo Jeremy.-Déjame ver.-Le pasé el colgante y intentó abrirlo.-Ah, pues no. A lo mejor no hace nada y solo era un sueño.
-Y ¿por qué iba a hablar yo en un idioma que desconozco si solo era un sueño?
-Eso es lo que no sé.
Empecé a arganear con el colgante mientras Susan nos calentaba una taza de chocolate a cada uno, aunque al final perdí la paciencia y lo estrallé contra el suelo. Después, miré hacia mi amiga y recordé que lo que había aprendido de los ángeles era que todo había que buscarlo en el interior, asique cogí el colgante y busqué en mi interior.
Acababa de volver a la cueva oscura de la pesadilla de aquella noche. Esta vez no se veía nada, asique empecé a caminar hacia adelante:
-¡Evelin! ¿Estás ahí?
-¿Katie?-Miré atrás, ahí estaba mi amiga, fui corriendo a abrazarla. Las lágrimas empezaron a invadir nuestros ojos.
-¿Dónde estamos?
-En lo alto del huy many, en unas mazmorras que usa el oscuro para encarcelar a sus rehenes.-Empecé a ver el paisaje del río, alguien me estaba llamando.
-Escúchame Evelin, no tengo mucho tiempo, vendré a por tí lo prometo. Adios.-La abracé y al instante volví al río.
-¿Qué pasaba Katie? Estabas en tí misma.
-La he visto, he estado con ella. Se donde esta.-Dije muy emocionada.

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